José Manuel Ballester, 60 miradas a Ferrovial

Ayer estuve en La Casa Encendida, escuchando una de las mesas redondas de El museo en futuro, los encuentros organizados por ADACE (Asociación de Directores de Arte Contemporáneo de España), en la que se debatía sobre “Políticas culturales y modos de financiación”. Desgraciadamente, nada nuevo. Solo atisbos de esperanza en el crowdfunding, aunque para proyectos de entre 3.000 y 5.000 euros como máximo. No se habló del uno por ciento cultural. Es comprensible, pues ADACE lidia con el arte actual y las inversiones que se hacen con ese destino son mínimas, a pesar de que la legislación estatal y de varias comunidades las alienta. También porque las cantidades globales son cada vez más pequeñas. El tema es como para hacer una tesis sobre él. Yo sólo me voy a referir a algunos puntos que la actualidad cultural ha puesto bajo los focos.

Ya tendrán noticia: el mes pasado se acordó la subida del porcentaje de la inversión en obras públicas estatales (sólo las del Ministerio de Fomento) que debe dedicarse a actuaciones patrimoniales. Del 1 al 1’5%. ¿Habrá más dinero? No: habrá menos. Hemos de considerar que esa inversión ha sufrido una caída en picado. La licitación pública –en el conjunto de las administraciones- crecía anualmente un 22% en los años anteriores a la crisis, hasta los 46.701 millones de euros en 2006; a partir de 2007 empezó a decrecer moderadamente hasta que en 2011 cayó un 47,9% y en 2012 un 46%. Sumando: un 81,7% de bajada en los últimos cinco años, o 33.000 millones menos. Y seguramente caerá aún en 2013 y 2014. Así que cuando la ministra Pastor y el ministro Wert firmaron este acuerdo sólo estaban poniendo una tirita sobre un corte que da miedo.

José Manuel Ballester, 60 miradas a Ferrovial

En 2012 el total licitado por las administraciones fue de 7.377 millones de euros (fuente). Aun en un año tan malo, si se hubiese aplicado estrictamente el uno por ciento cultural se habrían reunido casi 74 millones de euros. Pero hay que restar las obras que no están obligadas por ley (las que cuestan menos de 600.000 €, o afecten a la seguridad y defensa del Estado y sus servicios) y, sobre todo, los muchísimos casos en que, por dejadez o por mala gestión, no se respeta. Ya saben que la inmensa mayoría de lo recaudado por este concepto se dedica al patrimonio histórico. Y es muy necesario. Pero también podría dedicarse, en el Estado y en algunas autonomías, al arte actual. Según la Ley 16/1985 de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español, se financiarán con esa partida trabajos de conservación o enriquecimiento del Patrimonio Histórico Español o el fomento de la creatividad artística, con preferencia en la propia obra o en su inmediato entorno.

El 15 de octubre no sólo se firmó la subida: también se ratificó el VI Acuerdo de Colaboración entre Fomento y ex-Cultura. Estos acuerdos plurianuales establecen, entre otras cosas, los programas prioritarios para la inversión del uno por ciento cultural generado por Fomento. Aunque he solicitado el documento a ambos ministerios, no me lo han facilitado. No sé a qué tanto secreto, cuando los acuerdos anteriores sí se han publicado: mediante orden en el BOE el de 2005 y en un documento en pdf que puede localizarse (con dificultad) en la web de Fomento el de 2009. Si no me equivoco, los requisitos vigentes forman parte del nuevo Acuerdo de Colaboración, pero aún no se ha elaborado el reglamento que debe detallar otros extremos. Cuando se apruebe, se hará como es habitual una convocatoria pública para que ayuntamientos, diputaciones, comunidades autónomas, entres públicos o fundaciones presenten sus proyectos. A juzgar por lo visto, no parece que el arte actual haya ganado terreno. En la tipología de programas se habla muy breve y genéricamente de “actuaciones destinadas a la adquisición o encargo de obras de autores vivos”.

No a la rotonda, sí al proyecto artístico

Esa (la de la convocatoria) es una de las vías a seguir. Pero hay otra: la que ha dado lugar al horror de las rotondas y que es ahora noticia a cuenta del proyecto de Abertis para el Museo Esteban Vicente de Segovia, que les resumo enseguida. Abertis, uno de los gigantes de las obras públicas, ha tomado bajo su protección a este museo. Por suerte para él, pues estaría ya cerrado de no ser por esta empresa: el año pasado, Abertis Autopistas donó una obra del artista, que formaba parte de la colección corporativa, cuya venta permitió superar temporalmente el grave déficit del museo segoviano. Su directora, Ana Martínez de Aguilar, en declaraciones recientes, manifestaba que su futuro inmediato (a medio plazo seguiría muy comprometido) depende de los 197.000 euros que financiarían una exposición fotográfica del artista José Manuel Ballester –muy del gusto de las constructoras- sobre el patrimonio arquitectónico “oculto” de Segovia, ofrecidos por Abertis en concepto de uno por ciento cultural correspondiente a alguna de sus obras públicas. El dinero “’permitiría hacer el proyecto, presentarlo y tener abierto el museo a pleno rendimiento durante cinco meses”. La consulta al ex-Ministerio de Cultura, a través de su departamento de prensa, aclara algunos detalles sobre el trámite, que se enmarca en la segunda vía a la que aludía antes: la concesión administrativa a empresas que ejecutan la obra.

  1. La empresa concesionaria (Abertis) remite el proyecto que desea realizar o ejecutar en aplicación del 1% cultural al Ministerio de Educación, Cultura y Deporte a través del Ministerio de Fomento, que actúa como intermediario.
  2. La dirección general de Bellas Artes emite informe relativo al proyecto. Si es favorable autoriza la aplicación de esos fondos en concepto de 1% cultural.
  3. En caso de autorización, se da traslado de la autorización a todos los interesados (ayuntamiento, comunidad autónoma, Ministerio de Fomento y empresa concesionaria).

El Ministerio puntualiza que “hasta en tres ocasiones la dirección general de Bellas Artes ha emitido informe solicitando a la concesionaria que subsanara el proyecto presentado. Actualmente estamos a la espera de recibir el informe subsanado por parte de la concesionaria. Hasta que esto no se produzca, no se puede tomar una decisión”.

Si esto acaba bien, y seguramente será así, algunos museos y centros de arte deberían probar a mover ficha con las constructoras, que pueden financiar proyectos sin que les cueste un euro extra, pues ese uno por ciento lo han de invertir quieran o no, a través de Fomento/Cultura, de las adminsitraciones autonómicas o locales, o ellos mismos, y socialmente puede ser mucho más rentable decidir dónde lo colocan. Y así dejan de poner bodrios en las rotondas. Recordemos que el presidente de Abertis acaba de ser nombrado patrono del Museo Reina Sofía. Seguramente tiene capacidad de ofrecer café para todos pero, si hay que elegir, y precisamente para corregir la demostrada predilección de patrocinadores y mecenas hacia las grandes instituciones, me parece preferible que se “rescate” a las pequeñas.

Antes de pasar a otro caso, no puedo dejar de mencionar que, hace unos días, la Junta de Castilla y León perdió de nuevo la oportunidad de subsanar una situación que ya es vergonzosa. Si bien tiene una Ley de Patrimonio Cultural aprobada en 2002 que establece el uno por ciento cultural para las obras financiadas por la comunidad autónoma, no ha sido capaz en once años de redactar el desarrollo normativo que regule su funcionamiento, con lo que cada año se pierde una cantidad enorme de dinero que podría dedicarse a la restauración de su patrimonio y, si así se decidiera, a su enriquecimiento a través de encargos a artistas, o a compras.

Bleda y Rosa, Campos de Bailén

Adquisición de obras de arte en la Comunidad de Madrid

Así ocurre en la Comunidad de Madrid desde hace años. La oficina de prensa de la Consejería de Empleo, Turismo y Cultura (¡qué pena da ese puesto no ya secundario sino terciario!) me facilita algunos datos que solicito. En los ejercicios de 2011-2012 se invirtieron un total de 26.225€ para la adquisición de dos obras, de los artistas Mario García Torres y de Bleda y Rosa. Esta cifra es casi irrisoria pero podemos con buena voluntad atribuirla, al menos en parte, a la progresiva reducción de ingresos de la que hablaba antes: “Desde 2005, la Comunidad de Madrid ha destinado 14,9 millones de euros a cargo del denominado 1% cultural, que se han empleado en 26 proyectos de conservación o rehabilitación del Patrimonio Histórico de la región, la adquisición de 105 obras de artistas nacionales e internacionales, con destino a la Colección de Arte Contemporáneo del CA2M, y la difusión del patrimonio regional”. No está nada mal. ¿Cuál es el procedimiento para armonizar la normativa y las necesidades? Tomen nota: “Todas las adquisiciones realizadas por la Comunidad de Madrid con destino a la colección del CA2M se realizan a través de la Comisión de Adquisiciones, a propuesta de cualquiera de sus miembros o de terceros (galerías, artistas, etc.). En el caso al presupuesto del 1% cultural, la aprobación de las actuaciones específicas corresponde a la Comisión Regional para la Aplicación del 1% Cultural, que analiza las propuestas elevadas por la Consejería de Empleo, Turismo y Cultura, tras la deliberación con la Comisión Asesora para la Adquisición de Obras de Arte, órgano consultivo para la materia”. No es tan difícil, ¿no?