Galería Marta Cervera, Madrid
Publicado en El Cultural
In ictu oculi, que se traduce como “en un abrir y cerrar de ojos”, es el título de la exposición de Greta Alfaro (Pamplona, 1977) que presenta Marta Cervera. Para los amantes de la historia del arte, las palabras remiten de inmediato al cuadro de Valdés Leal en el Hospital de La Caridad de Sevilla, ilustración con su pendant de Las postrimerías de la vida. El trabajo de Greta Alfaro no ha alcanzado hasta ahora los niveles de tremendismo del pintor barroco sevillano pero sí ha demostrado una fuerte atracción por lo inquietante o lo amenazante que se esconde en lo cotidiano. En la entrevista que le ha hecho Paula Achiaga menciona como referentes principales el surrealismo (la fuerza de lo irracional) y en particular Buñuel. Creo que habría que añadir a Max Ernst. Las fotografías y el vídeo premiados por el jurado de El Cultural, presidido por Blanca Berasátegui e integrado por Paula Achiaga, Marta Cervera, José Marín-Medina, Mariano Navarro, Rocío de la Villa y Elena Vozmediano, están protagonizados por voraces buitres. El buitre es un ave necrófaga, que se alimenta de cadáveres, y es síntoma de algo funesto. Freud, en sus pocos estudios sobre arte, encontró, buscando figuras escondidas, un buitre entre los pliegues de la falda de La Virgen de las Rocas de Leonardo; con una intención muy diferente, el propio Ernst representó al fascismo, en El ángel del hogar, en forma de monstruo inspirado en esta carroñera. Probablemente Greta Alfaro no tenía en mente este cuadro cuando concibió su proyecto, pero sí es seguro que ha bebido de otras obras de Ernst; por ejemplo, en uno de los fotomontajes (digitales) de su serie Celebración, en las que introduce en fotografías familiares encontradas algún elemento que transforma por completo el significado de la escena, sustituyó los cuadros de las paredes por representaciones de herramientas y escenas de tortura, según el procedimiento utilizado extensivamente por Ernst en su larga serie de collages Une semaine de bonté, que se ha podido ver hasta el domingo en la Fundación Mapfre. En ésta, la fusión de lo humano y lo animal adquiere otras fórmulas a la empleada por Alfaro, pero es desde luego un tema dominante. En las obras que ahora se presentan, los buitres son metáfora de la parte más hambrienta, violenta y destructiva del ser humano. No es raro en la historia del arte que los instintos se expresen mediante figuras animales, y la artista ha encontrado aquí un filón muy interesante que ha explorado también en otro vídeo aún en proceso de edición, protagonizado por un jabalí.
El de los buitres es el primer vídeo que ha producido, con excelentes resultados, pero no es un trabajo desvinculado de su aún breve trayectoria anterior. El “banquete” es un tema recurrente en ella. La celebración —entendemos que familiar— en torno a la mesa suele acabar en catástrofe dionisíaca. Así ocurría en la instalación Budapest y Viena (2007) que reconstruía en La Casa de Velázquez, tomándose muchas licencias, una extraña escena festiva emergida de un negativo encontrado en el Rastro. La comida era asociada a la pornografía en la serie Collages (2008) y, de nuevo aparece en algunas imágenes de la citada Celebración. Parece que la mesa es un lugar de crisis y, tal vez, de catarsis. Ya en Budapest y Viena la puso físicamente en el espacio expositivo, mostrando las huellas de una conmoción, de un drama. En esta ocasión la ha llevado al campo, a Fitero —el pueblo familiar, lo que añade claras connotaciones a la acción—, y ha provocado que los buitres hagan lo que saben hacer. Convidados por la artista, las imponentes aves planean primero, se acercan con cautela, catan el menú y se avalanzan finalmente sobre él, dejando los platos limpios, y rotos, “en un abrir y cerra de ojos”. Alfaro ha sabido transmitir la brutalidad de la escena a través de unas fotografías perfectamente clásicas y de un vídeo rodado desde un punto de vista único e inmóvil. Esto sitúa al espectador como observador supuestamente objetivo, que asiste al espectáculo con una mezcla de curiosidad y de aprensión. No dejen de verlo.