Aunque dice que no está relacionado con sus avatares familiares –el divorcio está siendo sonado-, parece que Saatchi se dispone a reunir cash por lo que pueda venir… La cuestión es que está poniendo a la venta una buena porción de su colección. A principios de agosto se anunció que Christie’s subastará el 17 de octubre, en coincidencia con Freeze, cincuenta obras de gran tamaño e instalaciones. Thinking Big, se ha bautizado el evento, y, en línea con el mediático hombre de medios, se ha planificado para que tenga repercusión a lo grande. Pero, además, el pasado fin de semana se difundió que la venta se amplía a quince obras de su colección de arte de Oriente Medio, que fue objeto de una exposición en la Saatchi Gallery de Londres en 2009, titulada Unveiled. Valoradas en  250.000 libras (casi 300.000 euros), son en su conjunto una minucia para el magnate, y la operación no merecería mayor comentario si no fuera por el procedimiento escogido para llevarla a cabo: una casa de subastas online. Se trata de The Auction Room, una iniciativa muy reciente de George Bailey, que fue director de Sotheby’s en Europa, y su compañera en la misma compañía Lucinda Blyth. Las subastas online no son nuevas pero aún están asentándose –y lo hacen con paso firme y rapidez- en un segmento del mercado en el que no es tan importante la ostentación de la riqueza y la puja por el prestigio como en las subastas presenciales. La calidad de los e-catálogos –véase, por ejemplo el de Thinking Big-, la usabilidad de las webs, la avanzada supresión de fronteras en el coleccionismo y la confianza que vamos adquiriendo en el comercio electrónico han favorecido el surgimiento de las empresas de este tipo. Las cuales, por su parte, han hecho un esfuerzo para reafirmar esa confianza del cliente, con garantías, exposiciones presenciales o, en algún caso, hasta chats para solucionar las dudas que puedan surgir en el proceso. El informe de Hiscox sobre la compraventa en arte en Internet, Online trade report 2013, concluye a partir de las entrevistas realizadas a coleccionistas que un 45% de ellos ha comprado alguna obra en subastas online, aunque no se especifica en qué proporción lo hicieron en subastas online-only. Los coleccionistas con mayor capacidad adquisitiva también las frecuentan, pero están pensadas para las obras de valoración intermedia y baja que cada vez tienen más difícil el encaje en las astronómicas subastas, para el vendedor que quiere minimizar la comisión y para el comprador más de andar por casa. Hay básicamente dos tipos: las que interponen filtros de selección fijados por expertos en cada área y llevan las riendas del proceso y las más abiertas, tipo eBay, en las que el vendedor pone más o menos directamente sus obras a la venta. Les invito a explorar algunas de las más exitosas plataformas:

Artprice

Comenzó en 1997 y se dedica al asesoramiento para la adquisición de obras de arte, creando índices de precios en el mercado. En 2011 abrió su Marketplace, que funciona de manera muy sencilla, según el modelo de eBay: el cliente fija el precio y la fecha de subasta. Ahora mismo pueden encontrar en su página inicial bastantes obras de artistas españoles. Aquí la descripción del proceso.

eBay

La primera casa tradicional en aventurarse en las subastas online fue Sotheby’s, la cual estableció un acuerdo con eBay en 1999 que duró solo unos meses; ahora nada más se puede pujar a través de una sala virtual para participar en las subastas presenciales. Ya saben que eBay sigue teniendo una sección de arte y antigüedades pero la ausencia de filtros de calidad hace que la compra de algo que valga la pena sea como buscar una aguja en un pajar.

Artnet

Fue durante mucho tiempo, cuando había menos webs sobre arte, una de las fuentes de información imprescindibles: listados de exposiciones, de artistas, páginas de galerías… Desde 2008 subasta obras, no para las galerías sino directamente para los vendedores. Artnet auctions ha contribuido a que pudiera superar el bache sufrido con el aumento de la competencia informativa y se ha publicado que gana más de 13 millones de dólares al año.

Christie’s

Lanzó Christie’s LIVE en 2006 para pujar online en las subastas tradicionales pero está probando el online-only para algunas ventas especiales. Así, la de los diseños de moda de Andy Warhol –la puja comenzó ayer, y es The Andy Warhol Foundation de nuevo la que ofrece las obras, tras una subasta similar anteriormente este año-, la de ediciones de Kusama, Murakami y Nara, en octubre, y, aún sin fecha, la de obras de arte realizadas con tecnologías digitales. Para las grandes casas, Internet ha supuesto un gran salto global en la llegada a los clientes y a los interesados en sus actividades.

Heffel

Muchas de estas casas que menciono, viejas y nuevas, tienen su sede en Gran Bretaña o Estados Unidos, pero las hay en otros países, aunque más difíciles de rastrear. Entre ellas, Heffel.com, canadiense, que tiene su página para subastas online.

SaffronArt

Nalini Malani, El pato, 2002. 8.000-10.000 $

Pionera en este negocio y modelo para otras empresas, Saffronart.com lleva subastando obras de arte indio en Internet desde el año 2000. También vende joyas, relojes y propiedades inmobiliarias, y, con más dificultad, arte de otros países. Se basa también en el procedimiento abierto de eBay y ha llegado a ser la mayor casa de subastas de India, por encima de las dedicadas a las subastas presenciales; ha detentado los records de precios de Arpita Singh y Subodh Gupta. Tiene galerías (físicas) en Nueva Delhi para dar a conocer a algunos de los artistas cuyas obras ponen a la venta.

Paddle8

La conocemos más por haber colaborado con ARCO pero pertenece ya a la última generación de empresas de este tipo. Es significativo que comenzara vendiendo online obras en colaboración con galerías y ferias, dando el paso después a las subastas. Las organiza cada dos semanas. Aquí la explicación del funcionamiento. Es la más mundana, y se han unido al negocio Damien Hirst, Alexander von Furstenberg y miembros de la familia Mellon. Tiene comisarios invitados para sus subastas.

Auctionata

Desde Berlín, Auctionata se ha hecho hueco en el negocio rápidamente, gracias en gran parte en su planteamiento para atraer a un público más general que el del “alto” coleccionismo, al que también se dirige con obras de elevada valoración: en junio marcó su récord, con 1,85 millones de euros por Mujer reclinada, de Egon Schiele (1916). Tiene su propio estudio de televisión, que retransmite las subastas online cada viernes, para darles esa mayor emoción de las presenciales. Espera alcanzar los 20 millones de dólares de ganancia en este año.

The Auction Room

Nace con ocho departamentos, con sus respectivos expertos al frente: joyería, relojes, platería, sellos, cerámica china, arte contemporáneo de Oriente Medio y de África, á los que se suman otros más genéricos de pintura y colecciones. Falta una semana para que se celebre la subasta en la que se incluyen las obras de Saatchi y ya puede consultarse ahora el catálogo e incluso pujar. Frente a otras casas de subastas, esta tiene intención de organizar, siempre que sea posible, una exposición “pop up” física de las obras, de manera que los indecisos puedan ver directamente lo que querrían adquirir. Y, si no pueden asistir, se les ofrece un informe de conservación escrito de cada obra. La verdad es que, leyendo las “preguntas frecuentes” sobre su funcionamiento, da la impresión de que está todo bien atado y de que no puede ser más cómodo para todos los intervinientes.

En España también tenemos posibilidad de comprar online, pero quedan para otro día. Echen un ojo a Subastas Imperio o Setdart.