Dos legislaturas atrás, en 2011, hice aquí un breve balance de las propuestas de los diversos partidos políticos de cara a las elecciones municipales y autonómicas que estaban a punto de celebrarse, al igual que ahora, justo en vísperas del Día Internacional de los Museos. Titulé el artículo Ponga un museo pío en su programapor la cantidad de museos de la Semana Santa que anunciaban los contendientes. Es una tendencia, la del museo pío, que se mantiene, pero se consolidan también otras. Para comparar las modalidades más en boga, he querido en esta ocasión hacer una aproximación estadística al asunto. Durante unas semanas, he ido recopilando y difundiendo en Twitter (con ayuda de algunos otros observadores) noticias aparecidas en medios nacionales y locales sobre promesas museísticas en todo el territorio, complementadas con inauguraciones de museos muy recientes que tienen claros tintes electorales. He juntado 130 (cifra provisional, porque los candidatos van improvisando planes según avanza la campaña), excluyendo los proyectos de ampliación de museos ya existentes o traslados de sede. Seguramente suponen menos de la mitad, quizá menos de la cuarta parte, de los museos propuestos, pues no me he metido en la imposible tarea de escudriñar los programas en cada localidad o autonomía, limitándome a lo recogido por la prensa. Pero es posible que se trate de una muestra lo suficientemente amplia como para hacernos una idea de varias cuestiones.

El candidato del PP a Guadalajara, Antonio Román, en papel de héroe de la cultura. Creará un Museo del Videojuego

Para empezar, algunas pinceladas generales.

  • La estructura básica de «programa electoral» incluye un capítulo sobre «Cultura» que la mayoría de los candidatos no sabe cómo rellenar. Y, para salir del paso, prometen uno o varios museos. Cuando no eligen esa opción, hablan, si acaso, de potenciar alguno de los existentes, sin concretar medidas más allá de la promoción turística o las facilidades de acceso.
  • Para los de nueva creación, los políticos consideran que no hace falta precisar mucho. Creo poder afirmar que ninguno de estos nuevos museos constituye un verdadero proyecto. Se da un nombre y, a veces una ubicación, sin aclarar qué fondos va a tener el museo, qué presupuesto, qué equipo…
  • En muchas ocasiones, el objetivo del nuevo museo es dar un uso cultural a un edificio ya existente, a veces histórico. No están las respectivas tesorerías para emprender construcciones (aunque alguna haya, pero no de grandes dimensiones).
  • A pesar de que, como todo el mundo sabe, de cada 100 museos prometidos se llevará a cabo uno (y a medias) -por lo que se podría ofrecer a lo loco-, apenas encontramos proyectos realmente ambiciosos, con excepción de irreales visiones de «ciudad de los museos» y/o de apertura de sucursales de grandes museos, la mayoría de las cuales no tienen ninguna base en negociaciones previas.
  • El «efecto Guggenheim» se ha desactivado. Casi ninguna ciudad confía a los museos su potencial de crecimiento y prosperidad. Y mucho menos a los de arte contemporáneo, que prácticamente desaparecen del mapa de los deseos. Ni siquiera las ciudades grandes se plantean, en general, grandes inversiones y grandes retornos.
  • Tratándose de elecciones municipales y autonómicas, buena parte de los museos tiene un propósito identitario: se relacionan con la historia o las tradiciones locales. Por cierto: la inmensa mayoría de estos museos son municipales; los gobiernos autonómicos que deben renovarse ahora han prestado poca atención al fortalecimiento de sus infraestructuras culturales.

He organizado la información que he podido obtener en una tabla (que pueden consultar al final del texto), lo que me ha permitido crear algunos gráficos que me parecen elocuentes. Nos permiten entender cuáles son las prioridades de los partidos en la política museística local. Veamos en primer lugar qué tipo de museos son los que piensan que resultarán más atractivos e ilusionantes para la ciudadanía.

Gana el tipo de museo que he calificado de «ideológico«, refiriéndome a aquellos que pretenden transmitir los valores éticos, sociales o religiosos de un determinado partido. La proporción es así de elevada porque incluye los once museos de la Semana Santa que he detectado pero hay también algunos sobre la emigración, la memoria histórica, la Guerra Civil… que están muy imbricados en la mirada al pasado de la izquierda.

Sigue el museo de arte, aunque no constituya una proporción muy elevada (un 16%). Abundan en esta tipología las candidaturas a sede del Museo del Prado (cuatro, en Barcelona, Ávila, Málaga y Santander); tenemos tres museos de arte contemporáneo y cinco monográficos, dedicados a un artista, entre los que el de Baltasar Lobo en Zamora es el más viable.

En tercer lugar, los museos que quieren poner en valor las actividades económicas que han sustentado una población, desde la pesca a la industria; después, los museos «de la ciudad» o de historia local, y los que buscan preservar las tradiciones o celebrar los productos locales (la anchoa, el olivar, la sidra, etc.).

¿Qué partidos son más dados a incluir museos en su programa? Sobresalen los que tienen actividad política en todo el Estado, por presentar candidaturas en casi todos los ayuntamientos. Gana el PP, seguido del PSOE y, a distancia, Ciudadanos.

Será más interesante ver qué tipo de museos propone cada uno de los principales partidos. En el PP predomina el museo «ideológico», por ese peso de los museos de la Semana Santa que antes mencionaba, aunque no los defienda en exclusiva. Por detrás, los museos de arte y dedicados a una actividad económica clave.

En el PSOE, los favoritos son los de actividad económica, seguidos por los de arte y de historia o producto local, con el resto muy repartido.

En Ciudadanos, el primer puesto lo comparten el museo de actividad económica y el de cultura pop (categoría en la que he agrupado moda, tebeo, música, graffitti, circo, etc. y en la que ha llamado la atención el proyecto de crear en Madrid un museo de la Movida Madrileña).

Vox apenas se ha interesado en la creación de nuevos museos, aunque algunos son muy llamativos. En el capítulo de los ideológicos, el partido querría fundar un Museo de las Gestas en Málaga y un museo sobre Colón y el Descubrimiento en Huelva. Curiosamente, los dos museos de arte que reclama son sendas sedes del Prado.

Es difícil hacer balance en los distintos partidos a la izquierda del PSOE porque es frecuente que presenten candidaturas de coalición. No obstante, si limitamos los datos a los de Izquierda Unida y Podemos, los resultados son muy elocuentes, con un gran predominio de los museos «ideológicos».  Vean mejor el listado final para otras agrupaciones.

En algunas tipologías, los gráficos ayudan a visualizar las apuestas. En la dedicada a una actividad económica hay varios museos del mar y la pesca y un par de ellos ferroviarios; también de diversos tipos de industria (hormigón, automoción o construcción naval, que pretende cCoinstalarse en un barco, en Ferrol) o de agricultura. El PP es el que más confía en este tipo.

Ya dije algo sobre los museos de arte, que también son reclamados de preferencia por el PP. Añadiré alguna iniciativa curiosa, como el museo subacuático de escultura que quiere hacer ese partido en Almuñécar, o el resucitado proyecto de museo de fotografía en Madrid, que defiende Ciudadanos. Hay, fuera de esta categoría, un puñado de museos literarios, con especial mención al museo del Romanticismo para Almendralejo (Ciudadanos) y un museo del cine en Colmenar Viejo (PSOE).

Los museos dedicados al patrimonio son fundamentalmente arqueológicos, promovidos sobre todo por el PSOE.

He agrupado las categorías de cultura popular y deporte, en las que pisa fuerte el PSOE. Destaca aquí el arrojo del PP de Santa Colomba de Somoza (León), que quiere hacer en el pueblo un museo de la música pop. Y, desde luego, la entrega a la causa del museo del videojuego del candidato al Ayuntamiento de Guadalajara por el mismo partido, que se ha convertido en el héroe de una versión de Super Mario Bros para explicar su programa.

El museo ideológico es muy del PP, por su insistencia, ya mencionada, en prometer museos de la Semana Santa por doquier, pero también las izquierdas lo usan para marcar territorio en lo social y lo moral. Así, Podemos propone un museo LGTB en San Lorenzo del Escorial.

En la idiosincrasia local entran en liza casi todos los partidos. Alguno está más escorados políticamente, como el Museo 1811 de EH Bildu para Vitoria. Y, en el producto local, simpáticos proyectos sobre la anchoa, la sidra, el calamar gigante o el más tierno de todos, el Museo del Pan “Frasquito el Molinero” en Órgiva, Granada (PSOE). Otra de las categorías atiende a las tradiciones locales, con museos de trajes y danzas regionales o artesanías.

VER LA TABLA EN ESTE ENLACE.