Italia celebrará el año que viene el centenario del nacimiento de Alberto Burri  (Città di Castello, Perugia, 1915 – Niza, 1995), uno de los más conocidos artistas italianos del siglo XX. Sus logros están ligados a la reivindicación informalista de la materia en los años 50 y 60, cuando su obra tuvo una importante repercusión internacional que también llegó a España, dejándose ver en la obra de, entre otros, Tàpies, Feito, Millares o Lucio Muñoz. En 2006 el Museo Reina Sofía le dedicó una retrospectiva y el año que viene pasará a los altares del mercado internacional con su gran exposición en el Guggenheim de Nueva York. Las conmemoraciones dan inicio este viernes en Sansepolcro, Arezzo, con la muestra Rivisitazione: Burri incontra Piero della Francesca y continuarán ya en 2015 en Morra –otra confrontación, esta vez con Luca Signorelli- y en Milán, donde se reconstruirá el Teatro Continuo, una plataforma escénica en el Parco Sempione que diseñó en 1973 y que fue demolida en 1989. La exposición del Guggenheim itinerará en 2016 a Alemania y a Città di Castello, en coincidencia con un simposio internacional sobre la obra del artista.

Burri hizo buenas obras, aunque repitiera mucho sus sucesivas “fórmulas”, pero, en mi opinión, lo más impresionante de su producción y quizá lo que le haga brillar en la historia del arte futura es el Grande Cretto, su intervención escultórica-paisajista en Gibellina, que será objeto de otra de las exposiciones del aniversario, en el Palazzo Riso de Palermo. Supongo que no muchos de ustedes la habrán visitado, porque, aunque hayan viajado a Sicilia, no figura entre los atractivos oficiales y no pilla de camino a nada (aquí pueden verlo desde el aire). Yo estuve allí hace diez años y me costó bastante llegar a él porque no hay indicaciones; aunque precisamente la soledad en la que se encuentra hace que la experiencia sea más espectral e intensa. Porque de fantasmas va la cosa.

En 1968 un violento terremoto provocó grandes daños en catorce poblaciones sicilianas en el valle del Belice, quedando completamente destruidas Gibellina, Poggioreale, Salaparuta, Montevago. La ruina de Gibellina fue de tales dimensiones y el número de fallecidos allí tan alto que se decidió no intentar reconstruirla. Se levantó un pueblo de nueva traza a 18 kilómetros de allí y el alcalde convocó a los artistas italianos para que ayudaran a los supervivientes a tener un nuevo espacio urbano de calidad. Acudieron a la llamada numerosos creadores, que donaron obras para el Museo de Arte Contemporáneo o realizaron esculturas para la nueva ciudad. Entre ellos Accardi, Beuys, Dorazio, Fontana, Guttuso, Palladino, Pirandello, Pomodoro, Rotella, Schifano, Severini… Y Alberto Burri, que decidió transformar las ruinas de Gibellina en una enorme escultura de doce hectáreas. Respetando en gran medida el antiguo trazado, reagrupó los escombros, los consolidó con redes metálicas y los cubrió con una gruesa capa –un metro sesenta de altura- de cemento blanco. Constituía una especie de ampliación de su serie de cretti (grietas), pinturas craqueladas de resonancias geográficas. Entre 1984 y 1989 se llevó a cabo un 75% del proyecto, que quedó inacabado. Es un gigantesco mausoleo. Después, lo de casi siempre: la obra se fue deteriorando, se abrieron en el cemento nuevas grietas no previstas, la vegetación empezó a invadir el recinto. Se lanzaron en estos últimos años diversas campañas de recuperación, apoyadas por personalidades de la cultura como Vincenzo Consolo, Andrea Camilleri, Claudio Abbado o Renzo Piano. Al fin ha sido posible iniciar los trabajos de restauración y, no sólo eso: se pretende completar el diseño de Burri, ampliando la superficie en 2.300 metros cuadrados. Se emplearán en ello 3,5 millones de euros, de los cuales 2,4 proceden de la Unión Europea.

Pero…. la descoordinación entre las administraciones ha hecho que no se tenga en cuenta un detalle importante: a Gibellina, hoy, no se puede llegar. No es que siga sin estar indicado, es que hay, desde hace años, una grieta tremenda en la carretera que conduce allí desde Palermo. El Partido Democrático ha realizado una pregunta parlamentaria al Ministro de Infraestructuras y Transportes, Maurizio Lupi, para saber si tiene intención de solucionar el problema. Esperemos que así sea.