Busque el lazo rojo
Galería Elba Benítez, Madrid
Publicado en El Cultural

A sus 79 años, David Goldblatt no sólo continúa recorriendo en un 4×4 con caravana su país, Sudáfrica, observando los signos de su transformación, sino que aún aguanta el trote de su éxito internacional, acelerado con la obtención en 2006 del prestigioso premio Hasselblad. Este año tiene exposiciones en la Malmö Konsthall y el New Museum de Nueva York, y en 2008 expuso en Liverpool, Amsterdam, Oporto y Ciudad del Cabo. En España conocíamos su obra a través de la retrospectiva que le hizo el MACBA en 2001 y de su muestra en esta misma galería en 2005, que incluía fotos más antiguas en blanco y negro. En esta ocasión, Goldblatt, que trabaja en series bastante dilatadas en cuanto a número de imágenes y desarrollo temporal, nos enseña parte de uno de sus proyectos más recientes: In the time of AIDS (En la época del SIDA).
A lo largo de su trayectoria, ha producido básicamente dos tipos de imágenes, a veces combinados, que podríamos definir como “tipos sociales” y “vistas elocuentes” en las que se reflejan de manera discreta los procesos históricos. En ambos géneros ha evitado las ideas recibidas, y ha dirigido a la realidad sudafricana una mirada lúcida y desapasionada, evolucionando desde una actitud más cercana al reportaje gráfico hacia un mayor peso de los valores formales y del estatismo. Sus imágenes de las minas, de los afrikaners pobres o del viaje diario de los negros a los bantustanes donde estaban recluidos son iconos universales del apartheid, un prolongado y brutal régimen que él ha visto nacer y morir. A la era del apartheid ha seguido en Sudáfrica la no menos terrible del SIDA. Uno de cada cinco adultos infectados, mil muertes diarias y un millón y medio de huérfanos en el país… cifras que le otorgan el record mundial en extensión y mortandad de la enfermedad. Lo peor, dice Goldblatt, es que todavía en el año 2.000 el presidente Thabo Mbeki pretendía que ésta se debía no tanto al VIH como a la malnutrición. Que sigue sin medicarse a la mayoría de los infectados y que las campañas de prevención tienen poco efecto. En ellas se ha centrado y, en concreto, en la presencia del lazo rojo en los espacios públicos.
Son casi todas fotografías de paisajes, “vistas elocuentes”, y en la mayoría aparecen carreteras o lo que se ve desde ellas. Pregunté al artista por qué era así, y me contestó que los lazos rojos se concentran allí tal vez porque los camioneros son unos de los principales transmisores del SIDA. A Goldblatt le interesa cómo se expresan los valores dominantes en el entorno cotidiano, y los valores en torno a esta enfermedad, dice, son confusos. Lo cierto es que, si llegamos a la galería sin aviso, nos será difícil localizar los lazos en algunas de las imágenes. Se muestran a veces en la lejanía, otras camuflados entre anuncios publicitarios. Son a menudo elementos “circunstanciales” en la imagen, lo que se corresponde conceptualmente con la escasa visibilidad social de las campañas de prevención. La palabra es importante para el artista, que la usa en los títulos —a veces extensos— de sus obras y dentro de ellas, en forma de grafismos, anuncios, carteles… Existe en el conjunto de su trabajo una voluntad descriptiva que es colaborativa: la realidad habla por sí misma y a través de esas palabras inscritas en las imágenes, y el fotógrafo añade datos complementarios que hemos de conocer para apreciar el carácter casi siempre paradójico del personaje, el lugar o la situación que retrata.