Esta tarde se presenta en Estampa, Feria de Arte Múltiple, un nuevo portal para el coleccionismo: ARThub. Está aún en versión beta pero ya demuestra su utilidad. Ha sido desarrollado por dos galeristas que prefieren de momento permanecer en el anonimato, con la ayuda técnica de Ad Ventures y el acompañamiento de 9915, la Asociación de Coleccionistas Privados de Arte Contemporáneo. Tiene en este momento online –como veremos, no todas las fichas están completas- unas mil obras de arte pertenecientes a ocho coleccionistas españoles sin identificar. De acuerdo: mucho secreto… pero es la única manera de que una iniciativa así salga adelante. Y es muy necesaria, puesto que no ha sido posible hasta el momento que se instaure un registro oficial de obras de arte en el que se documenten no sólo las obras en colecciones que dependen de administraciones y organismos públicos sino también las privadas. Veamos por qué.

1. Unifica, a través del Gestor de Colecciones -que es una plantilla de base de datos- la catalogación de las obras. En los museos hay unas pautas que más o menos coinciden, incluso a nivel internacional, pero las galerías y los coleccionistas particulares catalogan, cuando lo hacen, como Dios les da a entender, cada uno según sus conocimientos y sus necesidades. Si ARThub consigue extender el modelo que propone se habrá avanzado mucho en la solución de este problema. Una obra mal catalogada puede ser una obra perdida en un futuro no muy lejano. Para establecer los campos de la ficha catalográfica los autores del portal han consultado a los coleccionistas de 9915, de manera que el diseño de la base de datos ha tenido en cuenta todas las características, movimientos, avatares y servicios –seguros, por ejemplo- asociados a la obra de arte.

2. Permite a los comisarios saber de la existencia de obras de arte disponibles para el préstamo, con vista a su inclusión en exposiciones monográficas de un determinado artista, o en colectivas. Será en particular útil para los comisarios con menos trayectoria, que no tienen acceso a los coleccionistas particulares, que no han vivido de primera mano el paso de esas obras por las galerías o las ferias en las que fueron adquiridas, o no han conocido en profundidad al artista en cuestión. Éste pudo ofrecer la obra directamente a un coleccionista, o quizá se vendió a través de un marchante en el mercado secundario, sin pasar por subasta, o se heredó una adquisición realizada hace ya tiempo… Múltiples circunstancias pueden explicar que incluso el conocedor más avezado ignore la existencia de una pieza.

3. Los artistas pueden saber si sus obras están en esas colecciones, e incluso pedir información a los coleccionistas sobre la conservación o la localización de las obras. Estos, a pesar de que a los artistas les asiste la ley de propiedad intelectual, podrán facilitar o no esos datos. Podrían también detectar segundas o terceras transmisiones de esas obras, que les dan derecho a un porcentaje de la reventa. Aunque cabe imaginar que los coleccionistas que den a conocer sus obras no tienen intención inmediata de ponerlas a la venta sino de ponerlas en valor.

4. En una segunda fase, se acabará de perfilar el Gestor de Galerías, que adapta la base de datos a las necesidades del comercio, incluyendo todo lo relacionado con la fiscalidad. La idea es que el portal pueda convertirse en una galería online, con una pasarela de pago, pero sólo para las galerías que sean aceptadas, no para los coleccionistas.

¿Como funciona? Para usar el Gestor de Colecciones no hay más que registrarse en ARThub –piden tres o cuatro datos muy normales y la aceptación es inmediata- y descargar el archivo (la plantilla de la base de datos). Hay que tener instalado en el ordenador OpenOffice, una suite ofimática equivalente a los programas de Microsoft Office, gratuita, e instalar luego un complemento –también esto es sencillo-. Lo he hecho y, por lo que he visto, diría que quien no haya manejado una base de datos en su vida tardará en cogerle el tranquillo, con el agravante de que la página de Ayuda aún no está operativa. Pero el que tenga un poco de experiencia lo encontrará todo bastante claro. El coleccionista, o su equipo, tendrá que dedicar un tiempo a introducir toda la información, que no sólo describe la obra sino que también recoge su historial de certificados, conservación, préstamos y la documentación vinculada. Al estar en fase de pruebas, podrán introducirse en las fichas las mejoras que los usuarios puedan proponer.

ARThub se puede utilizar como herramienta para la gestión privada de la colección –uso offline, en el propio ordenador– pero también para darla a conocer. Desde la web se puede importar la base de datos creada y cada obra tendrá su ficha online. Hay decenas de campos pero sólo doce de ellos pueden aparecer en la ficha, y cada coleccionista puede decidir, para cada una de las obras, qué información hace pública. Si alguien quiere ponerse en contacto con el propietario de la obra, incluso sin saber quién es, puede hacerlo enviándole un mensaje a través del portal.

¿Quiénes pueden usarlo y cuánto cuesta? Por ahora se trata de llenar el portal de contenidos, así que la plantilla de base de datos completa puede descargarse gratuitamente y cualquier coleccionista podrá subir sus obras. Está pensado para galerías y colecciones así que sólo tendrán cabida los artistas representados por galerías y, de ellas, serán automáticamente aprobadas las pertenecientes a la asociación Consorcio de Galerías Españolas de Arte Contemporáneo; las que no formen parte de esta tendrán que someterse a la supervisión de los administradores. Se establecerá una cuota, aún por determinar, para gozar de todas las funcionalidades y poder descargar la base completa, así que aprovechen ahora, incluso si sólo quieren echarle un ojo. Pero se esperan ingresos también por parte de empresas de servicios –transportes, seguros, restauración- que podrán ofrecerlos a través del portal. Ojalá tenga éxito.